viernes, 19 de septiembre de 2014
Buscando
En todo el orbe, solo una especie –al menos que sepamos hasta hoy- tiene la capacidad de reflexionar. El hombre sabe de su contingencia, y trata de buscar el brebaje esperanzador de su inmortalidad. El hombre es un aventurero, un peregrino, que está tras algo que aún no sabe bien cómo encontrarlo. Él se caracteriza porque trasciende su corporeidad. El ser humano no repite su programa natural como hacen los animales. Él no se adapta al medio, sino que transforma el medio para que éste se adapte a él. Es una lucha a veces trágica, a veces cómica. Pero es un gozne en donde toda la existencia, nuestra existencia, se explaya.
La búsqueda caracteriza al hombre. Su afán de inmortalizarse está en cada paso. Un claro ejemplo de buscador fue Colón, quien buscó algo que no se limitaba solo a una nueva ruta hacia las Indias. Su espíritu aventurero era expresión de la esperanza o desesperanza de todo ser humano por ser.
Hay muchos métodos para peregrinar o navegar. Quizás como decía alguien, el camino se hace al andar. La experiencia de Colón es algo común en la vida de todo ser humano. Uno busca algo, y encuentra otra cosa distinta de la que buscaba. Quizás deberíamos decir que las cosas nos encuentran o quizás que las cosas siempre están delante nuestro pero no nos percatamos de ellas debido a nuestra inmersión en la feria de la vida rilkeana. No lo sé.
En fin, el diálogo me dio que pensar sobre esto. No sé por qué.
¿Quizás me encontré con algo distinto de lo que buscaba?
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